un cuervo sin cuerpo

La lluvia golpea en mi cabeza asiendo recordar tu imagen lejana de mí, era como un perro llorando al ver tu cintura. De lejos veía aun pecador implorando el perdón de dios. De lejos me veía yo en el suelo mientras me acercaba al tu balcón, de reojo veo las luces de la ciudad apagadas, las estrellas extinguidas y las cámaras sin flash. Eran los querubines disparándote para que te enamoraras de ellos, pero sus disparos son interceptados por tus vecinos que quieren estar mas cerca de ti.
Miro hacia abajo y mi cuerpo sigue hay, y le digo a dios que sino fuera por mí tu no existiría, él me pregunta por que? Poniéndome en juicio en la abadía del paraíso, y el abad no era nada mas ni nada menos que tú. Y con tu vos seria que e grabado en mi retina me preguntas. por que no serias nada sin mi? Muy convencido te respondo él por que de mis palabras. Sin encontrarle sentido me arrojas a una jaula de paja, con un simple soplido de un lobo seria libre pero no lo soy, soy un vil cuervo que le roba los ojos a los dioses que te observan. Mi jaula ya era de caoba y tu vida, tus ojos tu cuerpo ya eran un rubí en una vitrina. No hay nadie que resguarde tu intimidad yo estoy aquí tirado y mi cuerpo esta en el pavimento. Espera no estoy mi cuerpo no esta, y un árbol esta creciendo. Eso quiere decir que cualquier cosa me remplaza.
Mi jaula ya es una pajarera, en la que tengo libertad de buscar mi cuerpo, y ver quien es el tipo que se sube por el crepúsculo y poder crepitarlo para que sé de cuenta que no estas sola. En mi pajarera ya soy casi dios e creado el amanecer y el anochecer, con los ojos de algunos tipos esperando tu aparecer, pero no saben que estoy yo para protegerte. Los estúpidos creen que estas solas pero NO, NO, estoy yo y mi cuerpo en algún lugar para protegerte.
Los dioses te dan el amanecer y yo mi anochecer para verte dormir, mientras el árbol crece donde mi cuerpo debería estar.
Estoy viejo no muevo mis alas, y no encuentro mi cuerpo pero tu sigues hay dormida intacta como una santa.
Hoy vi por la ventan asomarse a alguien, sabes quien era, el árbol te quería conocer, había escuchado hablar de ti y se enamoro de alguien que no conocía. A mí me paso lo mismo y ahora soy un cuervo en una pajarera. Hoy llueve y es de noche. Veo las estrellas esperan en los tejados ver tu cintura asomar.


Evan Scott